Election Day

Justo a la medianoche se dio el toque de queda. La gente temblaba en sus casas, faltaban unas cuantas horas para que el terror comenzara, era día de elecciones, de "libres elecciones", lo que significaba una batalla campal entre partidos, donde los que perdían eran los ciudadanos.

Todo el mundo ya se imaginaba la ardua faena del día siguiente, obligados a ir a las urnas, el que no lo hiciera era sacado a fuerza de su casa, llevado en carros militares y obligados a votar, después si se tenía suerte aparecían unas horas después molidos a palos. A los que se apresuraban a asistir a las urnas, les esperaba un futuro mas incierto, y posiblemente mas mortal; al llegar a casillas la pelea campal iniciaba, los diferentes partidos se apostaban a la entrada, tratando de acaparar al mayor numero de votantes, primero comenzaban las amenazas, los insultos, y cuando la contienda se ponía en lo peor, las balas. Una vez en la urna estaba vigilado por el representante del partido. Una ves que el voto se efectuaba las cosas no terminaban, pues quedaban las represalias de los demás partidos, esto podía durar horas o días, e iban desde insultos y golpes hasta desapariciones de familias completas.

Cada lustro era la misma situación, y siempre el representante electo era igual que el anterior. Ya n siquiera se molestaban en hacer promesas, por el contrario, eran amenazas: "Si no gana mi partido, la delincuencia empeorara, los empleos se perderán, habrá escaces de agua"; y aunque resultara victorioso, las amenazas se cumplían.

La alarma sonó a las seis de la mañana en punto, la gente temerosa comenzó a salir a las calles, como zombies caminaban a las casillas, sin alma, sin esperanza, completamente hapáticos a su realidad. La jornada se llevo a cabo como siempre, peleas, muertos, desaparecidos.

Al hacer el contéo de los votos tampoco se encontraba ninguna sorpresa, estaba por anunciarse al ganador, que previamente había sido decidido por los mismo partidos. Solamente faltaba una casilla por contabilizar, era insignificante, pues el distrito apenas si contemplaba unas cien familias, y todas habían ido a votar, ni una sola había quedado fuera de las elecciones.

Cuando los votos llegaron y comenzaron a contarse, los contendientes se encontraron con una terrible sorpresa, no había manera de explicarlo, simplemente no daban crédito; una boleta estaba anulada; alguien se había atrevido a no votar por alguno de los candidatos, y mas aun, se había escapado del ojo vigilante del representante.

Al día siguiente, se anuncio con bombos y platillos al ganador en los noticieros, a cualquier canal que se sintonizase era lo mismo, la radio, el internet, todo.

El noticiero nacional, el portavoz del gobierno anunciaba los cambios que se harían al sociedad, aumento en los impuestos, toque de queda a partir de las once de la noche, ademas la gente que quisiera concebir tendría que pedir un permiso especial y pagar un impuesto extra.

Y entre tantas "buenas noticias" nadie puso atención a la pequeña reseña que se hizo de un terrible desastre natural que había acabado con las cien familias de un distrito perdido en el centro del país.