12.11.2015

A sólo tres horas

Tu voz anunciaba el momento,
el tormento de tus brazos oprimiendo mi pena.
Sonreí por primera vez en días, años, en toda la eternidad.
De nuevo cayendo presa de las virtualidades, ¡fatal!

El temblor de las notas pronunciadas con anhelo
despertó las ansias del roce de mis penas con las tuyas.
No hay mejor manera de estar sola, que estar sola contigo,
¿Me puedo permitir no llorar por un momento?

Tus palabras en mi oído,
como en un sueño,
como la penumbra,
guiando mi camino hacia la luz,
¿Será, acaso, suficiente?

Anticipo desde ahora ese momento,
aunque el miedo me consuma
casi tanto como el deseo.

¡Oh futuro incierto!
No me castigues una vez más.
Escucha las súplicas
de esta que llora.

Sólo quiero respirar.


12.08.2015

Limbo

Qué queda por decir.
Qué importa el tiempo y el deseo.
Nada, no queda nada.
Ni espacio, ni aire, ni cielo.
Sólo silencio.

¿Esperanza?
La luz se vislumbra a los lejos,
lejana y pequeña,
inutil aún.
Tengo miedo a lo que hay fuera.
Tengo pavor a lo que hay dentro.

El grito que desgarra mis neuronas,
que se apaga en mi garganta,
que se cuela por mis ojos y fluye,
ese grito que recuerda tu nombre,
es lo que me infla y me desinfla a su antojo.

Silencio,
sólo silencio
en la vastedad de mi hélido infierno.



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 Esta es una canción de cuna  que cantaba mamá, donde no existen las hadas y no se debe gritar. Este era un niño muy triste que no quería vo...