3.18.2010

La muchacha desmadrosa


--> La muchacha desmadrosa, es desmadrosa, se levanta después del medio día, desayuna un trago de cocacola y un gansito, se mete a la ducha con un cigarro en la mano, habría que reconocerle la habilidad que tiene para poder fumarlo en la ducha sin mojarlo. La muchacha desmadrosa, es desmadrosa, grosera y valemadres, no trabaja ni estudia. Sale todos los días y toma el mismo camino que nadie conoce, se pierde durante horas con los audífonos color gris que parecen huevos, escuchando la misma canción a todo volumen. La muchacha desmadrosa dice groserías, se pelea con los hombres, se manosea a la mujeres, usa arete en el ombligo, en la lengua y tiene un tatuaje en el pezón. La muchacha desmadrosa no tiene padre, no quiere a su madre, no le gustan los animales ni las flores. Tiene por mascota a un par da arañas, una mosca y un grillo que viven en el micromundo que existe debajo de su cama. Vive con su abuela a la que quiere como a nadie pero nunca escucha. La muchacha desmadrosa, grita en la calle, escupe y se rasca la axila frente los demás para molestar. Pero la muchacha desmadrosa tiene sueños, quiere tener una gran moto y poder correr lejos, quisiera tener pene, pero es feliz por no tener pechos. Nadie sabe que la muchacha desmadrosa no duerme en la noche porque le tiene pavor, nadie sabe, tampoco, que se madrea a los payasos porque tiene pesadillas con ellos, nadie ha estado cuando llora sin control, cuando se mea encima, cuando grita con horror. La muchacha desmadrosa, ríe como nadie, con un halo angelical que enamora, tiene apenas catorce años pero es hermosa, delgada, casi andrógina, pelo largo, negro y enmarañado, botas de trabajo, medias rojas, falda a cuadros, cinturón de calavera, hombliguera negra y una gran abrigo morado. La muchacha desmadrosa nunca se ha maquillado, le recuerda a los payasos y le da escalofrío.Todos la miran con miedo, se apartan de su lado, sus amigos la respetan, la escuchan, la siguen y festejan, pero ella los ignora. La muchacha desmadrosa corre tras los "hermanos", tras los testigos de Jehová, tras cualquiera que vaya a venderle alguna idea descabellada, corre tras ellos con piedras en la mano y tiene una excelente puntería. La muchacha desmadrosa es virgen y quiere seguir así toda su vida, quiere tener pene pero propio, no dentro de ella, quisiera ser hombre, pero a la vez le gusta ser mujer. No sabe nada de la vida fuera de su mundo, pero es una alma vieja.
La muchacha desmadrosa hoy no se ha levantado, ni lo hará mañana o pasado, ha encontrado la manera de ser libre y huir de todo, ha pintado, además, toda su habitación de su color favorito, rojo sangre. Todo está en paz en la casa de la muchacha desmadrosa, sólo su abuela que llora por ella.

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