Cuando sea viejo y tenga hijos imaginarios seré su caballito, seré el gigante dormido por el que treparán para conquistarlo, seré la voz que retumba y los haré correr como locos. Vendrán cada tarde a pintarme las canas de todos los colores y a destapar mi furia llena de carcajadas. Vendrán a poner mi corazón a hacer "tun tun" para que mis ojos lloren por lo mucho que los quiero... hijos míos no nacidos... siento mucho no estar con ustedes... la muerte me ha alcanzado antes.
Pablo Narvaez
Habrá un tiempo para cantar canciones de cuna, para amamantar y llorar por las noches de insomnio, habrá un tiempo para curar raspones, cortadas y heridas más profundas. Vendrán tiempos en que mis pechos tengan que ser montañas, mis cabellos largas cascadas y mi abdomen el refugio de la noche. Habrá noches en que sea la luz que disipe pesadillas y mi voz guíe a través de espesas neblinas mentales. Llegará el día en que mis brazos se mesan cual luna menguante para atraer a los sueños, para cerrar heridas, para calmar conciencias. Será después, después en mi vida que sueñe de nuevo con risas y llantos y anhelos. Será después, no está noche, ni la que viene y la que sigue después de esa. Este es el tiempo del silencio, del sueño que viene a recordar lo que se había olvidado, para llorar por lo mucho que los quiero, hijos míos no nacidos... siento mucho por no estar con ustedes... la muerte nos ha alcanzado.
Zaza Guerrero
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