6.02.2014

Soy un error

Esas tres palabras resuenan en mi mente desde ese día: Soy un error. 
Siempre que hay algo mal sé que soy la culpable, 
sé que algo no funciona bien dentro mío. 

Soy un error.

No puedo saber si así nací o ha sido a causa del tiempo o de un infortunado acontecimiento, sólo sé que soy un error. Que cada acción termina en tragedia, que cada intento por demostrar que soy funcional, sólo hace mas palpable mi deficiencia.
Lo sé, está mal lo que digo, lo que pienso y hasta lo que siento, está mal; es prohibido. 
Siempre he sentido que ésta sensación que abrasa mi interior es incorrecta, es una error; es como una travesura que sé que está mal pero no puedo evitar hacerla porque es demasiado tentadora la posible recompensa, pero que siempre me llena de culpabilidad.

Tu lo dijiste: soy un error.

¿Y qué si estoy mal?, ¿Y qué? 

¿Y ahora que hago con esto? ¿Cómo deshago el pasado? ¿Cómo me borro tu piel?

Soy un error y no te importa.

Y de nada me sirve la furia, la indignación, la frustración y el deseo asesino que me debora; al final basta una imagen para sentir que mis entrañas se diluyen en ese sentimiento cálido y en la vergüenza que deja tras de sí la culpa.

Soy un error y no importa. 

Y a pesar del dolor, terminarás haciendo lo que te plazca, no importa que yo haya decidido no olvidarte. 
Te irás sin irte, lo has hecho ya. Me culparás de todo una vez más. Será un razgo mío el que decida el futuro y lo hará para mal.
Haz juzgado a partir de trozos de mi y no he pasado la prueba, me has condenado a la estática de esos veinte días: no puedo ser más que lo que fui y lo que fui fue tan poco. Tanto nerviosismo obstruyendome. 
Me has condenado a la soledad del recuerdo porque soy un error.
Me jodí el futuro al intentar calcular la cantidad exacta de mi excentricidad a mostrar. Quise ser normal y me salió mal, y con base en eso me has confinado a un tiempo y un lugar determinados en el pasado.

Soy un error, tu error y aún así quien debe pagar soy yo.
Ni si quiera puedo evocar los momentos felices de mi desgracia sin despertar tu ira e indignación "porque está mal".
Vuelvo a ser sólo un personaje virtual encerrado en el pasado, en tu memoria bajo la etiquetan de las cosas que jamás debieron pasar.

Soy el arrepentimiento que se lleva a cuestas y en silencio como una petinencia por un pecado mortal. 

Soy tu error, tu castigo y tu penitencia.

Y buscarás que decida de nuevo qué hacer, y no diré las palabras que buscas oir. 
Lo has decidido ya, y escondes la sentencia en mi desición, pero te ha sabido mal.
Buscas la redención en el olvido, en mi olvido y la espera consume.

Cierro los ojos y vuelvo a escuchar las notas apagadas del latir en tu pecho.
Cierro los ojos y timidamente el aura ausente y distante de tu piel se hace presente.
Son esos pequeños indicios de ti.

Soy el error que evoca tu imagen mientras pierde batallas y llora con soles que no volverán.
Soy pasajera, volátil, efímera.
Soy el error marcado en tu piel que mengua.

 





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