Esta es una canción de cuna
que cantaba mamá,
donde no existen las hadas
y no se debe gritar.
Este era un niño muy triste
que no quería volar,
que se encerraba en sí mismo
y se perdía entre números
y sílabas al azar.
Que duerma ya
mi triste principe,
que cierre los ojos
y pueda sentir
el corazón calientito
de su querida mamá.
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